Es miércoles y son las 14.30 hs. Liliana y Graciela, docentes jubildas del área de Letras, se preparan para recibir a las mamás del Centro de Primera Infancia "Pilarcitos" en un nuevo encuentro de "Ronda de palabras".
“Estamos brindando un espacio para aquellas mamás con mayores dificultades en el manejo del español para que puedan reforzar sus conocimientos e incorporar herramientas que les sirvan para la vida cotidiana. Por ejemplo, para cuando tienen que hacer trámites, ir al médico o frente a una búsqueda laboral”, cuenta Graciela, docente durante 30 años que hoy elige brindar sus conocimientos de forma voluntaria en este espacio.
Casi la mitad de las madres que llevan a sus hijos al CPI "Pilarcitos" son migrantes de Paraguay y su lengua materna es el guaraní. Teniendo esto en cuenta, el equipo de "Pilarcitos" propuso un espacio en el que las familias de los niños pudieran reforzar sus conocimientos sobre el español para desempeñarse con mayor seguridad en situaciones de la vida cotidiana.
En el taller participan mujeres de Perú, República Dominicana, Paraguay y Bolivia. Todas llegaron a la Argentina de grandes y muchas veces se encuentran con la dificultad para comprender expresiones que en sus países no se utilizan.
Pero "Ronda de palabras" no es un taller meramente lingüístico. Es un espacio de intercambio para compartir inquietudes y, a través del lenguaje, encontrar las palabras adecuadas para poder expresarse. Durante los encuentros, se recrean situaciones de la vida cotidiana para identificar los sentimientos que surgen y ponerlos en palabras.
"Creo que muchas mujeres tienen inhabilitada la palabra por cuestiones culturales y no consideran que ellas tengan el derecho a expresarse. A veces, venir de otro país también puede ser un factor que inhibe", reflexiona Liliana sobre la necesidad de realizar un taller así y añade: "una vez que la persona se da cuenta que tiene una herramienta que puede manejar, la actitud es distinta".
Cada miércoles, la ronda sigue girando y abriéndose a nuevas mamás que se animan a probar. "Vine al taller porque a veces quiero decir lo que siento o lo que le debo decir a otra persona y no se cómo decírselo. Acá estoy aprendiendo cómo expresarme con los demás", comparte Thalia, mamá de Natasha de Sala 1., que llegó hace unos años de República Dominicana.
Su intención representa la de el resto del grupo que, a través de las palabras y el intercambio, van adquiriendo nuevas herramientas que fortalecen su desarrollo integral.