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Enseñar en las pantallas y en los centros: la experiencia de Santiago en Haciendo Lupa

Por Mauro Balbachan


Santiago Stanchina es tutor en Haciendo Lupa desde marzo del 2019. Es periodista, comunicador y educador. En el programa, siempre busca llevar el vínculo con los niños y niñas “más allá”: acompañarlos en cada paso de sus procesos educativos y al mismo tiempo, generar una relación significativa en donde puedan reírse, jugar, hablar de las cosas que les interesan por fuera del espacio. “La verdad es que me involucro más allá para generar una relación más profunda”. En esta entrevista, Santiago nos cuenta sobre su recorrido en la enseñanza virtual, la vuelta a los espacios posibles de presencialidad y cómo se reinventó el acompañamiento a los niños y niñas en el programa en este contexto.

  • ¿Cómo llevás adelante tu rol en Haciendo Lupa?

S: Soy tutor del espacio desde marzo de 2019. Me gusta mucho involucrarme con los chicos y chicas desde un lado más sentimental. Mi rol en el programa Haciendo Lupa no es exigir la tarea solamente. Me gusta ir más allá, poder reírme con los chicos, poder jugar, poder hablar de fútbol con los chicos, hablar con las chicas de sus mascotas, preguntarles qué tipo de actividades hacen afuera del espacio. La verdad es que me involucro más allá para generar una relación más profunda, y esa interacción te lo da la presencialidad.

  • ¿Qué proyectos estaban desarrollando en el programa cuando se anunció el inicio de la cuarentena estricta en el 2020?

S: Estábamos pensando en nuevas actividades para hacer, hace tiempo que veníamos con ganas de ofrecer algo más dentro del espacio, salir de lo que es estrictamente académico, escolar, que no sea sólo un espacio donde vienen a cumplir con la tarea si no también algo más integrador y abarcativo. Se plantearon dos encuentros para ir organizando la vuelta a lo presencial, incluso hubo una tercera reunión en donde habíamos empezado con las inscripciones, llegamos a ver a algunos de los chicos y chicas que vinieron el primer día y luego de unos días quedó todo suspendido justo antes de que arranque la cuarentena estricta pero con la idea de que en algún momento íbamos a volver a lo presencial. Fue inesperado, fue de un día para el otro. Con la cuarentena estricta fue parar definitivamente sin una certeza clara de cuando íbamos a volver.

  • ¿Cómo vivieron ese primer momento de transición a la virtualidad?

S: Junto con Valeria Rogé, coordinadora de Haciendo Lupa, veníamos con la idea de hacer foco y desarrollar un espacio superador y más integrador. Constituir un espacio en donde los chicos puedan desarrollar todo tipo de habilidades. Todas nuestras energías estaban puestas ahí, y con la llegada de la pandemia hubo que repensar todas nuestras propuestas. Fue frustrante porque era imposible poner en práctica ciertas actividades y fue como la postergación de un montón de trabajo que se había pensado para el apoyo escolar y tareas novedosas para implementar. Teníamos pensado ideas muy ricas para desarrollar en la presencialidad y distintas propuestas que habíamos pensado para los chicos, y ver que todo eso no se iba a poder realizar me puso mal en muchos sentidos. A medida que la situación se ponía peor, uno sabía que la posibilidad de volver al espacio se alejaba.


-¿Cómo fue el desarrollo del programa durante la virtualidad?

S: La verdad es que es más difícil hacerte entender a través de una cámara, los recursos que uno tiene para llegar a los chicos son más limitados y no podés trabajar en la tarea que los chicos realizan de la misma manera. En la presencialidad, uno les hace las correcciones en sus cuadernos y tiene la certeza de que los chicos entendieron los ejercicios. A los chicos los veíamos de forma virtual 2 veces por semana. La idea fue garantizar que el apoyo siguiese estando pero había que buscar alternativas de cómo darlo. Al principio los chicos mandaban la tarea en archivos. Había chicos que se tomaban el trabajo de enviar la explicación de los ejercicios por Word. Un punto negativo de la virtualidad es que de esa manera perdés la posibilidad de darles feedback, no tenés respuesta inmediata, y no sabés si los chicos comprenden los ejercicios por completo. La idea es que ellos puedan ver sus errores en el momento e incorporarlos para no volver a cometerlos. Algunos chicos se sumaron, otros fueron dejando el espacio. De este modo, conservamos los dos turnos del espacio de apoyo escolar contactándonos por video llamadas vía Zoom o Meet. Así, los chicos saben que pueden contar con nosotros y que tienen el espacio para poder interactuar. La idea también es que pongan en práctica sus conocimientos de forma independiente.



  • ¿Qué es lo que más te entusiasma de la posibilidad de ofrecer algunos espacios de presencialidad durante este año?

S. Me entusiasma el hecho de poder interactuar de forma más colectiva, con más chicos a la vez, y saber que la enseñanza es totalmente distinta. En estas 3 semanas que volvimos a la presencialidad tuve mis espacios en donde ejercí la docencia, pude ver la tarea con los chicos ahí mismo, ayudarlos en lo que no entendían. Pero también tuve espacios de intercambio de ideas, de cuestiones familiares, hablamos de fútbol, de juegos, y eso es lo que termina haciendo valer el espacio y lo enriquece. Sin dejar de lado que nuestra principal función es el apoyo extraescolar pero sabiendo que el espacio es amplio, no solo de enseñanza si no que se pueden hacer otras actividades. La idea es que ellos tengan ganas de ir, que sepan que van a pasarla bien y que se pueden hablar de otros temas no estrictamente académicos.

  • ¿De qué manera funciona el programa regularmente (sin pandemia)?

S: Los chicos van a la escuela, tienen sus docentes y algunos sus maestros integradores. Nosotros funcionamos como un apoyo extra para ellos, sea escolar o personal. Nosotros los ayudamos en el aprendizaje de sus asignaturas. La idea es brindarles un espacio en donde ellos puedan hacer la tarea tranquilos, muchos chicos a veces tienen muchos familiares en sus casas y es difícil concentrarse. Acá pueden venir al espacio y saben que el tiempo lo terminan aprovechando al máximo. A su vez, el hecho de tener una figura docente les sirva para hacer todas sus consultas, sacarse todas las dudas que tengan y está bueno generar el hábito de estudio.

  • ¿Cómo se preparan desde Haciendo Lupa para seguir acompañando a los niños y niñas en este contexto?

S: Este año la presencialidad cambió. En el período de tiempo en el que volvimos a los espacios posibles de presencialidad, llevamos adelante turnos de una hora una vez por semana. Se lleva adelante todo el protocolo de precaución, se hicieron burbujas de aislamiento, está todo más reducido. También estamos evaluando al menos 1 o 2 veces al mes, tener un turno sin tarea, en donde puedan venir a jugar, a tener algún taller que sea del interés de los chicos. Siempre priorizando el juego, priorizando la acción grupal, la sana competencia entre ellos, eso incentiva un montón de cosas. La idea fue plantearles a los padres hacer este espacio para salir un poco de los problemas globales que estamos atravesando.


En esta nueva fase de la pandemia, y en línea con las medidas tomadas para la prevención del esparcimiento del virus, desde Pilares seguimos acompañando a los niños, niñas y familias en nuestros programas con una modalidad híbrida entre lo virtual y los espacios posibles de presencialidad. En el 2020, aprendimos a construir nuevas formas de estar cerca, y hoy, con un largo camino recorrido, y gracias a las experiencias, aprendizaje y compromiso de los distintos integrantes de nuestro equipo, seguimos construyendo este nuevo camino en comunidad.


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